Hay momentos claves para reorientar la vida de una sociedad que no marcha bien. Y esto nos parece oportuno para cambios fundamentales para corregir muchos trucos institucionales y evitar que se sigan enriqueciendo funcionarios y otorgando privilegios.
En consecuencia, los efectos de la pandemia nos obligan a mirar nuestras miserias y nuestras potencialidades. Siendo así, el presupuesto nos plantea el primer gran desafío para ordenar la economía.
Necesitamos hacer un buen uso de los recursos y establecer claramente las prioridades. Los sectores que pueden tienen que hacer sacrificios y otros dejar de recibir privilegios inmerecidos.
Evitemos que se carguen los recursos y dejar de corretear corruptos.
Por Persio Maldonado
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